Javi Navarro disputa el balón con un jugador del Arcos en el partido del pasado domingo en el Murube

Javi Navarro no tuvo un feliz regreso al Alfonso Murube como jugador del Ceuta. El atacante conileño, que entró en el descanso ante el Arcos, fue de los mejores de su equipo, fue objeto del penalti que supuso el 1-3 y anotó el segundo gol caballa, pero la contundente derrota por 2-6 le amargó su reencuentro con la afición ceutí. “Teníamos que haber empezado fuerte en casa, pero no estuvimos a la altura de las circunstancias. Hay que hacer autocrítica y mejorar desde ya”, comenta el veterano futbolista.

“Fueron superiores en todo, nos ganaron en primeras y segundas jugadas, fueron más competitivos, estuvieron más concentrados”, resume al referirse al Arcos, que dejó muy buena impresión sobre el césped del Murube.

Pese al pésimo partido colectivo, Javi Navarro fue de los pocos que se salvaron de la quema. Su presencia en la segunda parte se dejó notar. “Intenté hacer mi trabajo, los tres que salimos en el segundo tiempo tratamos de ser un revulsivo, creo que lo conseguimos un rato, pero otra vez nos vinimos abajo, nos hicieron el cuarto y entramos en una dinámica muy negativa. Eso está en la mente de cada uno, pero como grupo tenemos que remar todos en la misma dirección, hacer caso al cuerpo técnico y mejorar muchísimo”.

“Creo que, sinceramente, puedo hacer las cosas bastante mejor porque me conozco. Tengo que aportar mi experiencia, contagiar a mis compañeros para poder salir de esta situación inicial, aunque todavía es muy pronto. Estoy bien físicamente pero me falta ritmo, que eso me los dan los partidos”, añade el conileño.

Javi Navarro espera que la sonrojante derrota ante el Arcos no haga más daño de la cuenta en el plantel caballa. “Hay que tener amor propio, hacer cada uno autocrítica y, sobre todo, no echar balones fuera. Somos mayorcitos para saber dónde estamos y asumirlo. Esto es para valientes y seguro que poco a poco vamos a ir mejorando. No hay que alarmarse porque entonces va a ser contraproducente”.

Sobre su vuelta al Murube, admite que “sentí nervios. Normalmente tienes los nervios de jugar, pero jugar aquí de nuevo, después de haberlo hecho cinco años… Te sientes orgulloso porque la gente te quiere, te para por la calle, te anima cuando sales a calentar... Me siento identificado con este club y querido”.