Una imagen de una Gala del Deporte en la que sobró el autobombo de los responsables del Gobierno de la Ciudad

A la Gala de los Premios Anuales del Deporte organizada por el ICD este pasado jueves le faltó más protagonismo para los deportistas y le sobró autobombo por parte de unos políticos a los que les encanta salir en la foto y llenarse la boca con promesas, pero que, a la hora de la verdad, no dan respuesta a las necesidades reales del deporte y los deportistas caballas.

La gala, recuperada por el ICD tras varios años de ausencia por la crisis –recurrente excusa que últimamente vale para todo-, ha quedado reducida a la entrega de solo dos premios, los de mejor deportista masculino y femenino. Con el pretexto de la austeridad, ha dejado de reconocerse la labor de otras muchas personas que con su esfuerzo, su sacrificio, su dedicación o su tiempo hacen posible que el deporte ceutí camine.

Es evidente que el presupuesto de la gala no se dispararía porque se premiase también a los mejores deportistas locales de cada modalidad, así como a clubes, federaciones, entrenadores o directivos. Antaño se hacía en muchos de estos casos y, de entrada, ello garantizaba la presencia de muchos más deportistas en el acto. Un acto que debería ser la gran fiesta del deporte ceutí y no una celebración orientada a la autocomplacencia de los responsables del deporte ceutí.

Solo había que echar un vistazo a las butacas del Salón de Actos del Ayuntamiento para darse cuenta de que la gala no ha calado entre los que tendrían que ser sus auténticos protagonistas, los deportistas. Demasiados asientos vacíos y los ocupados, en su mayoría, por autoridades, políticos, representantes de los medios de comunicación y familiares de los nominados.

Después de marear a la audiencia con un montón de cifras en una especie de publirreportaje videográfico sobre las virtudes del ICD, el consejero de Deporte se repitió en su cansino discurso sobre la gran labor del organismo autónomo –el mismo que soltó en el reciente Pleno en el que la oposición le pidió cuentas por su “caótica” gestión o en la entrega de premios de la Guía del Corredor-. También volvió a prometer la construcción de una pista de atletismo y otra de motocross, algo que el PP viene anunciando desde hace ya varias legislaturas, y esta vez aprovechó igualmente la ocasión para echarle flores al presidente Vivas, allí presente, por los logros de este en materia deportiva el día que cumplía 15 años al frente del Gobierno.

Un presidente que se pegó buena parte de la tarde-noche en el escenario repartiendo abrazos pero que, sin embargo, no se dignó a dirigir unas palabras a los asistentes, en una clara demostración de que de un tiempo a esta parte parece pasar olímpicamente -nunca mejor dicho- del deporte. Porque que Vivas acuda a un acto, además organizado por la Ciudad, y permanezca callado es noticia. Pero para el autobombo y los juegos florales ya estaban Ramos o la propia Susana Román, cada vez más política que deportista. O la mención especial a Nayim, en la actualidad gestor de Deportes –lo que vendría a ser un asesor- de la Ciudad. Y no es que el exfutbolista del Real Zaragoza no se merezca ese tipo de reconocimientos, pero el del vigésimo aniversario de aquel golazo suyo que le dio una Recopa al equipo maño tocaba el año pasado, no este. Como se nos olvidó o no te lo pudimos hacer entonces, te lo hacemos ahora. A eso sonó el homenaje al ex jugador caballa.

Sin del Bosque ni Villar, que se cayeron del cartel pese a que el consejero Ramos anunció una semana antes su presencia, la gimnasta Lidia Redondo y el taekwondista Nicolás García, acompañados por José Ramón López Díaz-Flor, fueron los invitados de un evento en el que brillaron con luz propia los nominados y, en especial, la pareja de premiados como los mejores de 2015: el piragüista José Luis Gómez y la tenista Olga Parres. Para los finalistas, eso sí, no hubo ni un obsequio o distinción. Claro, la crisis...