El partido entre el Atlético de Ceuta y el Pozoblanco ha resultado especialmente tenso por lo que se jugaban ambos conjuntos y, especialmente, por la actuación del colegiado granadino Rica Alarcón, que ha indignado a los locales. Entre ellos al presidente de la desaparecida A.D. Ceuta y presidente en la sombra del Atlético, José Antonio Muñoz, quien después de que el colegiado no señalara un clamoroso penalti sobre Said y los visitantes marcaran el 1-2, bajó hasta el túnel de vestuarios para esperar la salida del árbitro para increparle.

El nerviosismo era palpable nada más acabar el encuentro en la zona de vestuarios, donde los miembros de los distintos medios de comunicación hemos tenido que esperar unos minutos hasta poder acceder a la sala de prensa. Responsables del club y empleados de la Federación de Fútbol de Ceuta impedían el paso. Según se nos ha explicado, la llave de la sala de prensa estaba en un lugar al que no se podía acceder antes porque la puerta del pasillo en el que se encuentra el vestuario arbitral estaba cerrada a cal y canto.

Agentes de la Policía Nacional han hecho acto de presencia ante la tensión existente y más de media hora después del encuentro intervenían para calmar los ánimos de un reducido grupo de aficionados que aguardaban en la calle la salida del árbitro.

A la retirada a vestuarios de los equipos, el portero local José Vicente Garrido se ha encarado con  algunos espectadores que le recriminaban el fallo cometido en el tercer gol, que supuso el triunfo ‘in extremis’ del Pozoblanco. El encontronazo no ha ido a mayores.