Los jugadores de Osasuna celebran con sus aficionados en Montilivi el ascenso a Primera

Si hace ocho años el Girona FC y su afición vibraron en el estadio Montilivi con su ascenso a la división de plata tras el triunfo por la mínima ante la Asociación Deportiva Ceuta, este sábado el estadio gerundense ha vuelto a vivir una gran decepción al no poder remontar los locales en la final del ‘play off’ de ascenso a Primera División ante el Osasuna.

El Girona ya perdió el pasado año una oportunidad de oro para subir de forma directa en la última jornada de la Liga regular de la Liga Adelante, en la que no pudo pasar del empate en Montilivi ante el Lugo, siendo el ascenso para el Sporting de Gijón. Luego, tras rehacerse con su contundente 0-3 en Zaragoza, nadie se podía imaginar el desenlace de la vuelta de la eliminatoria de la promoción a Primera, con el triunfo por 1-4 de los maños.

Un año después, el equipo catalán, ha vuelto a acariciar el sueño del ascenso a Primera, pero, tras perder por 2-1 en el Sadar, no ha sido capaz de remontar en Motilivi, donde el equipo rojillo se ha impuesto por 0-1, con lo que Pamplona volverá a estar representada la próxima temporada en la élite del fútbol español. En el equipo osasunista ha tenido un papel destacado el portero Nauzet, que militó en las filas del Ceuta en la temporada 11-12.

El destino ha vuelto a dejar con la miel en los labios al mismo equipo que hace ahora ocho años, el 15 de junio de 2008, dejó sin ascenso a la desaparecida Asociación Deportiva Ceuta. Allí, en Montilivi, el conjunto caballa cedió por la mínima -un gol de Migue en el minuto 54- y se quedó sin el premio gordo de una magnífica temporada que había empezado desde el banquillo Diego ‘Coco’ Quintero y que culminó Benigno Sánchez con la clasificación del equipo para el ‘play-off’, en el que en la primera ronda había apeado al potente Pontevedra de Xabi Gracia.

Era un Ceuta en el que destacaba la presencia de jugadores como Lledó, Txiki, Sandro, Alberto, De Lerma, Álvaro Cejudo, Tato o Fran Amado.

En la segunda y definitiva eliminatoria con el Girona, el empate sin goles del Alfonso Murube mantenía vivos a los blancos de cara al choque de vuelta en Montilivi, pero allí no tuvieron su mejor día y el cuadro gerundense pudo adelantarse y después aguantar agónicamente su renta hasta quedarse con el triunfo y el ascenso.

El Ceuta tuvo que soportar una gran hostilidad en Girona hace ocho años

Hostilidad con los ceutíes

También queda en el recuerdo el trato hostil de la afición del Girona a la expedición caballa, incluidos los 400 ceutíes que apoyaron a su equipo desde la grada y a los que arrebataron alguna bandera española que fue quemada por los más radicales seguidores del conjunto local.

Igualmente se produjeron dos invasiones de campo y las consiguientes interrupciones del juego en los decisivos minutos finales del partido, cuando el Ceuta atacaba a la desesperada en busca de un gol que valía el ascenso.

El balón colgado al área por Pedro Berruezo y que el meta Rafa Ponzo rechazó ‘in extremis’ tras la peinada de Javi Navarro enterró las últimas opciones ceutíes en aquella tarde de infausto recuerdo en la que el fútbol fue cruel con el Ceuta. Ahora, ha vuelto a ser el Girona el que ha experimentado lo que se siente tras perder un ascenso.

La suerte del equipo catalán es que podrá seguir intentándolo. La Asociación Deportiva Ceuta, bajo esa denominación, dejó de existir va a hacer ahora cuatro veranos como consecuencia de su descenso administrativo por las deudas acumuladas.