isas Contreras -izquierda-, junto a la asturiana Sara Ouzande, tras lograr la clasificación para el Preolímpico

La piragüista ceutí Isa Contreras aún tiene una posibilidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Aunque no pudo conseguir plaza para el Preolímpico en K-1 500, la palista caballa salvó los muebles con el K-2 junto a la asturiana Sara Ouzande y en un par de semanas se jugará el todo por el todo en Alemania. “Ir a los Juegos sería un triunfo, pero no ir no sería un fracaso”, asegura la integrante del Club Los Delfines.

Contreras tenía muchas esperanzas puestas en el Selectivo nacional de Trasona (Asturias), pero tras ser primera en semifinales, acabó la final en la tercera posición en la prueba de K-1 500 tras sus compañeras del equipo nacional Teresa Portela, ya clasificada para los Juegos, y Begoña Lazcano. “Las tres entramos en el mismo segundo, pero las que entraron por delante fueron ellas, que fueron mejores”, reconoce.

A pesar de la decepción, la palista ceutí mantuvo el tipo y al día siguiente, en la prueba de K-2, fue capaz de levantarse y lograr plaza para el Preolímpico de Duisburgo.  “Eran cosas y días independientes. Si tiras la tolla, lo siguiente seguro que te sale mal. Había que hacer borrón y cuenta nueva y no venirte abajo, y mucho menos darlo todo por perdido”.

Y así fue, junto a Sara Ouzande, Isa Contreras se impuso en una prueba que apenas habían entrenado. “En Sevilla, en Invierno, habíamos montado un  par de veces en pretemporada, pero nunca habíamos hecho una serie juntas. Hace un mes salimos juntas a entrenar, más producto del cansancio que de intentar buscar algo, y la siguiente vez ha sido ya en el Selectivo. No era un barco entrenado ni acoplado, era un poco a la aventura, conscientes de que podría salir bien o mal,  sin presión”.

"Será muy difícil, pero no hay imposibles"

Contreras no se atreve a pronosticar qué posibilidades tiene su K-2 de hacerse con un billete olímpico. “No sabemos lo que podemos esperar, sinceramente, no sé ni en qué tiempos estamos. Las opciones se verán allí, en Alemania. Veremos cuáles serán nuestras rivales, ahora hablar es por hablar. Vamos a ir con la moral alta y hacer todo lo que podamos, pero sin dar nada ni por hecho ni por perdido. Sabemos que va a ser muy difícil, pero no hay imposibles  y mientas la puerta esté medio abierta, intentaremos abrirla”, resume.

De momento, la deportista ceutí no quiere mirar más allá del final de la temporada. Una vez que pase la cita olímpica, será cuestión de pensar si seguir intentándolo o no. No se acaba la vida aquí; los Juegos son el sueño de cualquier deportista, pero no se acaba la vida. Después de los Jugos iré día a día, viendo si la cosa da para aguantar cuatro años más, aunque ahora se ve lejos. No tengo cerrado el no seguir, pero tampoco seguro llegar a otros Juegos”.