Antonio Olivares deja la presidencia de la Federación de Balonmano después de diez años en el cargo. El 12 de diciembre se conocerá si su sustituto es Guillermo Vivas o Abdeselam Ahmed, los dos candidatos que aspiran a relevarle. En su despedida, el veterano dirigente analiza para Ceuta Deportiva el estado de salud del balonmano caballa.
-¿Qué balance haces de tu gestión al frente del balonmano ceutí?
-Es difícil hacer un resumen en pocas palabras. Se ha trabajado mucho en la base, pero cuando haces un balance nunca te vas satisfecho. Se ha perdido el equipo que teníamos en Primera División, la Unión África Ceutí. Eso ha perjudicado mucho al balonmano en Ceuta, porque era la meta para muchos chavales y ahora se ven un poco perdidos. Además, el equipo desapareció cuando la mitad de la plantilla era gente de Ceuta, que era algo importante. Al final, nos hemos quedado con una base muy amplia y, conforme va subiendo la pirámide, se va reduciendo por la falta de motivación.
-¿No pensaste en presentarte a la relección en ningún momento?
-No. Lo tenía claro. En las anteriores elecciones ya no me presente y el cargo se quedaba vacante. Pero entre amigos y compañeros empezamos a ver posibilidades sobre quién cogía la Federación, me hicieron una trampa y caí. Ya hace bastante tiempo que se lo dije a Juan de Dios Román, que llevo diez años y creo que es bueno que venga sangre nueva.
-¿Por qué candidatura apuestas?
-Yo he dado un paso atrás. No he querido aparecer en reuniones ni nada relacionado con las elecciones. Creo que los entrenadores, jugadores, árbitros y clubes son los que tienen que elegir. No me quiero pronunciar.
-Pero tu nombre sí que ha salido a renunciar en estas elecciones. Se te ha acusado de hacer campaña en favor de la candidatura teóricamente oficialista, la de Guillermo Vivas, al anunciar una gestión de la Federación para que un equipo ceutí compita en un futuro en la Liga gaditana…
-Hay cosas que no entiendo. No necesito ninguna propaganda porque no me presento. A lo mejor otros han aprovechado esto para salir en la prensa, en la tele... Lo de Cádiz fue un alegrón que llegáramos a un principio de acuerdo. Nunca dije que se hubiera cerrado un acuerdo porque, entre otras cosas, en el comunicado de prensa que hicimos se decía que sería la nueva junta directiva la que tendría que cerrar ese acuerdo. Yo llevaba cinco años tratando de que pudiéramos jugar en Cádiz y todo esto me parece absurdo. Sólo he abierto una puerta.
-También se te achaca que hayan venido técnicos del Barcelona, con Andrei Xepkin a la cabeza, para hacerle la campaña a Vivas…
-También es absurdo. Desde septiembre hemos estado haciendo un curso de monitores y, como clausura, traer una figura como la del técnico del Barcelona nos parecía ideal. Yo no puedo decirle al Barcelona que me lo manden en tal fecha. Ellos tienen su calendario y nosotros nos tenemos que adaptar a ellos. Esto no se hace porque haya elecciones, sino porque es bueno para el balonmano de Ceuta. Y vamos a dejarnos ya de protagonismo…
-Lo que parece evidente es que te vas con el balonmano ceutí dividido.
-He pretendido que la Federación esté abierta a todo el mundo que vaya de buena fe. Ha habido un díscolo por ahí que ha pretendido hacer cosas como no presentar fichas y así. Posiblemente sea una de las causas por las que no siga, que somos cuatro gatos aquí y si no remamos para el mismo sitio el barco no funciona. Que se lo replanteen los que quieran el balonmano...
-¿Hacia dónde debe caminar el balonmano ceutí para recuperar el terreno perdido en los últimos años?
-En el balonmano actual tenemos que plantearnos que somos cuatro gatos y tenemos que trabajar conjuntamente para que atraiga a la juventud. Hay que intentar por todos los medios que suba el nivel, y para ello hace falta trabajar con un técnico que enseñe a enseñar. Aquí hay muchos chavales, pero todos tenemos nuestras limitaciones. Ejemplo, el club Natación Caballa. Hace mucho tiempo que vengo diciendo que necesitamos algo así. Yo soy maestro, pero si me dicen, vete a enseñar Física Nuclear, no tengo ni idea. Necesitaríamos personal cualificado que enseñe a enseñar; que trabaje con los monitores y, en definitiva, trabajar en serio.