Raúl Loe se marchó de la AD Ceuta al final de la temporada 10-11 por la puerta de atrás. El medio francés de origen camerunés firmó en el verano del 2009 por una campaña con el equipo blanco. Loe y otros jugadores de origen africano como Modeste llegaron avalados por Carlos Orúe que pudo verlos en acción durante aquella pretemporada. El mediocentro defensivo y el lateral-interior fueron los que pasaron la criba y firmaron por la Asociación.

El centrocampista francés se convirtió en uno de los futbolistas más regulares del equipo ceutí y tras alcanzar los 25 partidos quedó automáticamente renovado por una cláusula en su contrato. En la temporada 10-11 Raoul Loe perdió protagonismo con los fichajes del portugués Sandro Mendes y el argentino Víctor Ormazábal (en la segunda vuelta llegó Manolo Pérez), aunque Joao de Deus lo alineó en el partido de ida de la Copa del Rey contra el Barça de Guardiola en el Alfonso Murube.

La AD Ceuta, pese a contar con una plantilla muy costosa con mayoría de futbolistas que el curso anterior habían militado en la Liga Adelante, se quedó fuera de la fase de ascenso y se produjo la ‘limpia’ de todos los años. Raoul Loe se marchó a Pamplona y firmó por el filial del Osasuna. El trabajo sucio, pero eficaz del espigado jugador no pasó desapercibido para José Luis Mendilíbar que lo hizo debutar en Primera División donde jugó un puñado de encuentros, además de volver a enfrentarse al FC Barcelona en el torneo copero.

Antes de que terminara la temporada (el 11 de marzo) el jugador francés firmó un contrato profesional hasta el 30 de junio de 2015 con una cláusula de rescisión de 9 millones de euros. En el actual Campeonato ha disputado 22 partidos en la Liga BBVA y ahora lo recluta Camerún para enfrentarse a Togo y República Democrática del Congo en dos partidos clasificatorios para el Campeonato del Mundo de Brasil.

El fútbol da muchas vueltas, pero el presidente de la AD Ceuta en aquel momento, José Antonio Muñoz, o no fue capaz de ver las cualidades de Raoul Loe o se empeñó una vez más en hacer un equipo a golpe de talonario. Fichó a un director deportivo, Julio Fernández Peguero, que había recibido un aluvión de críticas por el descenso del Cádiz y antes de que acabara la temporada ya estaba en Huelva trabajando para el Recreativo. Peguero fichó muchos nombres, futbolistas que la temporada anterior habían militado en Segunda División, pero muy pocos ofrecieron el rendimiento que se esperaba de ellos acorde al caché y currículum.