Hamza Maimon vive un año más el mes del Ramadán en la élite del fútbol sala nacional. El jugador ceutí del Palma Futsal tendrá que compaginar el esfuerzo del ayuno con los entrenamientos de su equipo, aunque el ala del cuadro balear está acostumbrado al equilibrio físico y mental que requiere un mes de dedicación y entrega a la religión. “El Ramadán es un sacrificio que hago con mucha ilusión”, ha dicho en una entrevista publicada por los medios oficiales del Palma Futsal.
“Es un mes muy bonito, pero a la vez requiere un gran sacrificio por estar casi todo el día sin comer ni beber, aparte de otras grandes cosas que tiene el mes de ayuno. Es un sacrificio que hago con mucha ilusión y con muchas ganas de afrontarlo y a ver qué tal se da el mes”, asegura el jugador ceutí.
El ala del cuadro balear tendrá que realizar este “sacrificio” en plena liga y en plena lucha por mantenerse en la parte alta de la clasificación y, al contrario de sentirse debilitado en estas próximas fechas, afirma que “en los partidos tendré una motivación extra. Intentaré adaptar la alimentación y el descanso de cara a los horarios de los partidos, pero salgo con las mismas ganas e incluso con más fuerza que si fuese un día normal para mí porque sé que tengo que hacer un sacrificio mayor, así que me preparo para ello tanto física como mentalmente”, y añade que “algo notaré, pero espero que sea lo menos posible para estar a un nivel óptimo para que el cuerpo y el técnico no lo note mucho”.
Hamza lleva haciendo el Ramadán “casi toda mi vida”, es por ello por lo que sabe que cuánto antes se acostumbre el cuerpo será mejor para él y su rendimiento: “La temporada pasada tocó con el confinamiento y fue algo más llevadero, aunque estuve solo en casa, pero esta temporada me ha tocado en competición y toca afrontarlo de la mejor forma posible. Tengo que acostumbrar el cuerpo lo más rápido posible, hay días que se pasan mejores que otros, pero es bastante llevadero en cuanto te vas acostumbrando con el paso de los días”. El jugador ceutí lleva en su mochila la experiencia de haber vivido esto muchos años de su vida y ya sabe cuál es la reacción de su cuerpo al hacer este sacrificio y declara que “el primer día lo llevo bastante bien. Con el paso de los días vas notando bastante cansancio, hay días que notas que tienes un cansancio mayor”, aunque afirma que “lo paso peor con el sueño. Tener que descansar las horas que necesites de más, sobretodo al hacer los entrenamientos por la mañana sí que es un sacrificio algo mayor, pero los primeros días acostumbras el cuerpo y a final de mes ya casi estás acostumbrado plenamente”, apunta Hamza.