Expóxito Jaramillo arbitró su último partido en El Palo donde el equipo malagueño empató a dos con el Almería 'B'

El comité técnico andaluz ha designado a Francisco Javier Expósito Jaramillo para dirigir el partido que jugarán la AD Ceuta FC y el Algeciras CF el próximo domingo a partir de las 17 horas en el Alfonso Murube. Este colegiado sevillano es un recién ascendido a Tercera División que no sabe lo que es pitarle ni al equipo caballa ni al algecireño.

Expósito Jaramillo ha arbitrado 4 partidos en su estreno en Tercera División, tres del grupo noveno y uno del décimo, con dos victorias locales y dos empates. El sevillano debutó en el Maulí donde el Antequera derrotó por 2-0 al CD Rincón en un encuentro en el que mostró 11 cartulinas amarillas con dos expulsados en el equipo antequerano que jugó la última media hora con nueve jugadores.

En la 4ª jornada arbitró el River Melilla, 2 - San Pedro, 0, en la 7ª el único partido del grupo X, el derbi entre la UD Los Barrios y el San Roque en el San Rafael que terminó con empate a cero y en el que expulsó al local Antonio Jesús en el 85 por doble amonestación. Su último encuentro es el empate a dos entre el CD El Palo y el Almería 'B' en el que alcanzó las 11 cartulinas amarillas del estreno en la cuarta categoría del fútbol español.

Expósito Jaramillo no es el primer debutante que le pita al Ceuta esta temporada. Sin ir más lejos, en tres de las últimas cuatro jornadas colegiados recién ascendidos se cruzaron en el camino del equipo ceutí. El onubense Álvarez Rodríguez y el malagueño Gutiérrez Pérez pitaron en Gerena y Las Cabezas de San Juan donde expulsaron a dos jugadores del Ceuta. Segura vio la roja directa en el 'José Juan Romero' y Jaime dos amarillas ante el Cabecense, la segunda recurrida por el club blanco al entender que no existe falta del central en un balón dividido en el que toca el esférico.

Jiménez de los Galanes Cachafeiro fue el encargado de dirigir el Ceuta, 2 - Sevilla C, 1 en la penúltima comparecencia de los caballas en su estadio. El isleño pasó desapercibido que es lo mejor que le puede ocurrir a un árbitro.