El 31 de julio de 1976 un ceutí, José Ramón López Díaz-Flor, hacía historia al conquistar la medalla de plata en piragüismo, en la modalidad de K-4 1000 metros, en los Juegos de Montreal. Cuarenta años después el todavía director de la Residencia Blume, se resiste a jubilarse a sus 65 años, recuerda con un sabor amargo aquella gesta porque España buscaba el oro tras haber conseguido subir a lo más alto del cajón en el Mundial de Belgrado.
“Nosotros íbamos por la calle 5 [las calles, por entonces, se sorteaban], los rusos por la 2, estaban más protegidos por el viento. Vimos a los rumanos tirar y pensamos: se van a morir. Murieron los rumanos, no los rusos. Entramos casi a la vez, de hecho, tardaron un montón de tiempo en darnos los resultados”, explica Díaz Flor en una reciente entrevista en El País, en el CAR de Madrid, donde este medio propició el reencuentro de José María Esteban Celorrio, Herminio Menéndez Rodríguez, Luis Gregorio Ramos Misioné y José Ramón López Díaz-Flor.
En los Juegos Olímpicos de Montreal, España estuvo representada por una delegación de 114 deportistas (103 hombres y 11 mujeres) que participaron en 13 deportes. El portador de la bandera en la ceremonia de apertura fue el boxeador Enrique Rodríguez Cal. El equipo español regresó de Canadá con dos metales, la plata del K-4 1000 y del 470 de Antonio Gorostegui y Pedro Lluís Millet.
En los Juegos de Río, España contará con 305 deportistas (163 hombres y 142 mujeres) y el objetivo será superar las 17 medallas de la cita de Londres hace cuatro años. El mayor botín son los 22 metales de los Juegos de Barcelona, que marcaron un antes y un después en el deporte español.
Pioneros

El País reunió en el CAR de Madrid a Celorrio, Menéndez, Herrero (técnico), Misioné y Díaz-Flor. BERNARDO PÉREZ
Díaz-Flor y sus compañeros de aquel inolvidable K-4 recuerdan que “aquí no había un sistema deportivo. Se copiaban los métodos de entrenamiento de los países del Este. Lo dejamos todo por un deporte con exiguas becas. En cierto sentido fuimos los pioneros, con nosotros se empezaron a poner las bases de las concentraciones permanentes y del entrenamiento profesional. Esto no se hacía en España. Te la jugabas y a ver qué salía".
La plata en Montreal fue el primer metal conseguido por un deportista ceutí en unos Juegos (antes sólo había participado Antonio Pérez Cospedal en natación en los Juegos de Tokyo en 1964). José Ramón López Díaz-Flor encontró acomodo, cuando dio por finalizada su exitosa carrera deportiva, en la Residencia Blume en Madrid para hacer lo que más le gusta, estar en contacto con los deportistas, arroparlos, prestarles su ayuda, echarles una bronca si es necesario... Pero teniendo siempre en cuenta que antes que deportistas son personas, y cuando se marchen de la Blume deben perdurar valores como el compañerismo, la humildad o el esfuerzo.
Los otros dos olímpicos que tiene Ceuta son los waterpolistas Guillermo Molina y Lorena Miranda. El jugador del Brescia afronta sus cuartos Juegos tras Atenas'04, Pekín'08 y Londres'12 con el reto de conseguir una medalla, que se le resiste después de caer el equipo nacional hasta en tres ocasiones en el cruce de cuartos de final. Lorena Miranda, que no estará en Río, se colgó la plata en los Juegos de Londres haciendo historia con la selección femenina de waterpolo.