Ganó 8 medallas olímpicas y batió 27 records del mundo. Cifras estratosféricas que, sin embargo, el tiempo y la sombra de la sospecha impidieron refrendar su aparente hegemonía en la piscina. A pesar de ello, Kornelia Ender sigue siendo, para mí, la nadadora más carismática de todos los tiempos. Las sustancias ‘estimulantes’ que se cernieron sobre su éxito, pusieron en tela de juicio su arrolladora forma de desenvolverse, a toda velocidad, sobre el agua.
Fue la dueña de la pileta. Era elegante, guapa…extraordinaria deportista. Tanto que siempre acude a mi memoria cuando tienen lugar los grandes torneos que hacen de la natación uno de los más excitantes, por competitivos, deportes del universo. Una competición que estos días deposita sus focos en Barcelona. Toda la Alemania de la Ender cayó desacreditada por el dopaje. Una puñetera trampa que, a veces, conscientes o no, expulsan de los cuadros de honor a ciertos ‘grandes’ deportistas.
Esta tarde de sábado, esperando a la joven Missy Franklin he vuelto a pensar en Kornelia y, para mayor satisfacción propia, leo que nunca se confirmó su dopaje en ninguna de las carreras en las que compitió, muy al contrario que sus compañeras de aquella efímera ‘honorable’ escuadra alemana. Revalido, por tanto y sin fisuras, mi gran admiración por la nadadora alemana. E, insisto, no es la mejor de la historia en una sola competición.
Las hubo mejores después. Los datos son tozudos: cinco triunfos en un certamen, gesta conseguida en 1978 por la estadounidense Tracy Caulkins, y la australiana Libby Trickkett en 2007. Kornelia acumuló a lo largo de su carrera muchas medallas. Nunca 5 oros en una sola convocatoria olímpica o mundial. De aquellas chinas que rompieron los cronos en su día, ya no se acuerdan ni los anecdotarios. Se habían metido tanta espídica droga que, aún hoy, no hubiesen parado de nadar.
Pero mira tú por dónde, vuelvo a encajar sensaciones parecidas a las experimentadas con Kornelia Ender, en su día, durante estos Mundiales 2013 de piscina ‘condal’ con la gran Missy Franklin. Esta joven californiana de 18 añitos ya despertó mi interés en los últimos juegos olímpicos. Ahora me confirma mi sumo interés por ella.
La Franklin, con un nombre que bien podría proceder de los más laureados catálogos de música soul de las etiquetas Stax o Motown (Aretha) u otro genio recurrente (Benjamin) atesora un estilo único. “única es su manera de nadar a crol. Su brazada es heterodoxa. Si buscamos algo parecido en otros nadadores, no encontraremos nada, sostiene Sergi López, nadador emblemático y laureado español.
Missy acumula el mayor número de metales y será la reina de Barcelona 2013 aunque ayer no hiciera podio. Igual que Lochte, en hombres. Hay mucho de lo que hablar acerca de esta extraodinaria cita mundial. César Cielo, desde Brasil, acaba de tocar la acepción general de su apellido. Formidable oro…
He asistido al éxito del waterpolo femenino con ese oro que puede morder, junto al combinado nacional nuestra querida Lorena. He sufrido la frustrante e impotente sensación de Guillermo, incapaz, él solo, de echarse todo el equipo a sus espaldas, por grandes que sean. No ha estado Phelps porque como a Spitz ya le llegó su hora pero, con todo, a esta hora de esta tarde de natación, yo sigo esperando a Missy Franklin. Ya salta a la piscina y lidera la carrera de principio a fin en 2x200 espalda. Su quinto oro. No hay palabras. Y en un rato Mireia Belmonte, en 800, puede sumar un metal más junto al suyo anterior, el de Rafa Muñoz y el de las watergirls. NATACIÓN, sí.